Os dejo la transcripción del artículo que salió en la revista Educación 3.0 acerca de mi printrbot.
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«Al construir tu impresora adquieres conocimientos, conoces gentes y te motivas»
Estaba terminando Bachillerato cuando Eneko Montero decidió construir su propia impresora casera. Nos explica qué pasos siguió y cómo fue el proceso de creación.
Antes de participar en la Robocup (un proyecto internacional que promueve la investigación y educación artificial a través de robots autónomos), y ver en directo por primera vez cómo funciona una impresora 3D, ya había oído hablar de esta tecnología. Lo que no había hecho era plantearme la posibilidad de construir una yo mismo. Pero la curiosidad que me inspiraron estas máquinas me animó a investigar cómo crear una y hacer un presupuesto. Viendo que podía conseguirlo, y que contaba con el apoyo de gente dispuesta a echarme una mano, me puse manos a la obra.
Escogí el modelo printrbot v2 por su tamaño y porque era un buen punto de partida para sumergirme en este mundo. Poco a poco fui comprando los materiales necesarios, y un miembro de la comunidad Clone Wars (un grupo que ayuda a construir impresoras 3D) me donó un kit de piezas impresas, una práctica habitual que ayuda a que la comunidad vaya aumentando progresivamente.
Una vez que contaba con todos los componentes, comencé con el montaje, ¡una auténtica odisea! En algunos momentos llegué a desesperarme cuando no sabía qué estaba saliendo mal. Y al final, cuando obtienes tu primera pieza impresa, ves cómo con esfuerzo y dedicación puedes conseguirlo. Lo más destacable de este proceso son, además del hecho de que creas tu propia impresora 3D casera, los conocimientos que adquieres, la gente que conoces, y la motivación para animarte con futuros proyectos.
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Luego, ponían el vídeo de la adaptación que hice a la impresora para poder dibujar con un rotulador. Lo podéis ver aquí.
